En 1958, la Fuerza Aérea de Estados Unidos llevaba a cabo entrenamientos secretos para simular ataques nucleares contra la Unión Soviética. Durante uno de estos entrenamientos, un avión de combate rozó en el aire a un bombardero que transportaba una bomba termonuclear Mark 15. Ante el daño en los tanques de combustible, el comandante decidió deshacerse de la bomba, que cayó frente a las costas de Tybee Island en Georgia. Aunque no explotó, no se sabe con certeza si contenía material radiactivo. A pesar de los esfuerzos de búsqueda, la bomba nunca fue encontrada. La Armada asegura que si la bomba sigue intacta, el riesgo es bajo y recomienda dejarla donde esté.
Imagen: Sgt. Michael Haggerty | Douglas Keeney Collections | James St. John