A pesar de la transición energética, el mundo está invirtiendo como nunca en gas natural licuado (GNL), con una inversión de 235.000 millones de dólares desde 2019. Se espera que esta cifra supere los 290.000 millones en 2025. La pugna entre Estados Unidos y Qatar por dominar el mercado del GNL está ganando Estados Unidos. China y Rusia son los principales impulsores de esta demanda, ya que China se aleja del carbón y Europa busca una alternativa al gas ruso. Noruega también está acelerando la exploración de recursos gasíferos en el Ártico. España, por su parte, juega un papel importante como potencia regasificadora en Europa. Aunque el gas natural se presenta como una alternativa más limpia, su impacto en el clima depende de las emisiones de metano en la cadena de suministro.
Imagen | Equinor