La economía china arranca 2024 entre nubarrones. Aunque el país logró despedirse de 2023 con un alza del PIB del 5,2%, hay voces que advierten ya de que el porcentaje puede deberse en parte a un efecto estadístico postpandemia y el gigante asiático muestra una mejora económica cuanto menos irregular, desigual y no exenta de tensiones. Entre las nubes que se ciernen sobre China se encuentran la crisis inmobiliaria, la elevada deuda y la pérdida de población. A pesar de haber alcanzado su objetivo de crecimiento, la economía china enfrenta desafíos como el estancamiento secular, la deuda, la crisis inmobiliaria y la pérdida de población en edad de trabajar. La crisis inmobiliaria ha afectado gravemente al sector, con una caída en el desarrollo y las ventas de viviendas. Además, el endeudamiento ha aumentado significativamente en los últimos años, lo que limita la capacidad de maniobra del país. Por último, China también se enfrenta a una caída gradual de los precios y a una disminución de la población en edad de trabajar. Estos desafíos podrían desencadenar otro crac financiero en el país. A pesar de los esfuerzos del gobierno para estabilizar la economía, la situación sigue siendo preocupante. Es crucial que China encuentre soluciones a estos problemas para evitar una crisis económica aún mayor.
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