El teletrabajo lleva tres años instaurado como un modelo de jornada laboral eficiente en distintos perfiles profesionales que no requieren atención presencial con sus clientes. Sin embargo, pese a demostrar ser una herramienta valiosa para atraer y retener talento, aún hay altos directivos que rechazan el trabajo remoto y prefieren volver al esquema tradicional basado en la vuelta a la oficina. Ahora, la ciencia arroja luz sobre los sesgos psicológicos que llevan a los directivos a rechazar el trabajo remoto, incluso cuando podría beneficiar a sus empresas. Sesgo de la aversión a la ambigüedad. Sesgo de la distancia social. La falacia del coste hundido.