Implementar una jornada laboral de cuatro días puede ser beneficioso para los empleados y la empresa, pero es importante tener en cuenta ciertos aspectos para lograr el éxito. Según el experto Josh Bersin, es necesario realizar un rediseño sustancial del trabajo, eliminando cargas administrativas y priorizando el trabajo de alto impacto. Además, es importante definir claramente los objetivos y resultados deseados, revisar las reuniones y adoptar la comunicación asincrónica para evitar interrupciones. También se recomienda detener, automatizar o subcontratar tareas no prioritarias y establecer un período de prueba para evaluar la reducción del tiempo de trabajo sin afectar la producción. La implementación de una jornada laboral de cuatro días puede revelar problemas organizacionales en comunicación, confianza, ineficiencias laborales y barreras a la productividad. Pequeños cambios en los hábitos, como bloquear el calendario, apagar los teléfonos móviles en momentos específicos y programar el trabajo más duro en los momentos de mayor productividad, pueden ayudar a mejorar la productividad y reducir el estrés de los empleados. Según un estudio realizado por la empresa Inventium, la implementación de estos cambios resultó en un aumento del 26% en la productividad, un aumento del 21% en los niveles de energía y una disminución del 18% en el estrés de los empleados. En resumen, una jornada laboral de cuatro días puede ser exitosa si se realiza un rediseño del trabajo, se establecen metas claras, se optimizan las reuniones y la comunicación, se eliminan tareas no prioritarias y se realizan pequeños cambios en los hábitos de trabajo.