El aceite de oliva tiene muchos beneficios para la salud, pero su calidad depende de cómo se recolecte, procese, almacene y utilice. El ácido oleico y los polifenoles son los componentes saludables clave. La recolección temprana y el procesamiento en frío son fundamentales. La frescura del aceite se puede verificar en las etiquetas o mediante códigos QR. El almacenamiento adecuado en un ambiente fresco y oscuro es esencial. El aceite de oliva extra virgen es la opción más saludable. Consumirlo crudo es preferible para mantener sus beneficios. La calidad se puede evaluar mediante el sabor. Conservar el aceite en el frigorífico puede prolongar su vida útil.
Imagen: CNN