China ha logrado el control casi total de las tierras raras y su procesamiento, lo que le permite dominar la producción de baterías para coches eléctricos. Recientemente, el gobierno chino ha prohibido la exportación de tecnología para fabricar imanes de tierras raras, lo que afecta a la producción de coches eléctricos, turbinas eólicas y otros productos electrónicos. Estados Unidos y Europa buscan contrarrestar el poder chino invirtiendo en nuevas técnicas de procesamiento y producción de imanes con tierras raras a través de materiales reciclados. China sigue liderando el mercado del coche eléctrico y su posición dominante le permite manejar variables y sistemas productivos clave.