Una demanda presentada en Massachusetts alega que el Dr. Merle Berger utilizó su propio esperma en secreto para inseminar a una paciente en 1980. La hija de la paciente descubrió la verdad a través de un kit de ADN. El Dr. Berger, uno de los fundadores de Boston IVF, le había dicho a la paciente que el esperma utilizado sería de un médico residente desconocido. La demanda afirma que el Dr. Berger violó el consentimiento de la paciente y sus deseos. El equipo legal de Berger niega las acusaciones y afirma que ocurrieron hace más de 40 años, en una época diferente de la fertilidad médica. Boston IVF también emitió un comunicado destacando que el incidente ocurrió antes de que el Dr. Berger trabajara en la empresa y que el campo de la fertilidad ha evolucionado con medidas de seguridad y salvaguardias más rigurosas.