Con la llegada del verano, aumentan las temperaturas y, con ellas, la posibilidad de sufrir dermatitis por sudor. Esta afección, también conocida como eccema por sudor, se caracteriza por erupciones cutáneas, enrojecimiento, comezón y escozor. Ocurre cuando la transpiración excesiva no logra evaporarse completamente, lo que lleva a una irritación en la piel.
La dermatitis por sudor es causada por un desequilibrio en la piel debido a la cándida, un hongo natural de la dermis. Puede manifestarse en cualquier área del cuerpo, siendo más común en el rostro, cuello, espalda, pecho, muslos y axilas. La obstrucción de las glándulas sudoríparas es una de las principales causas de estos brotes.
Las personas propensas a sudar en exceso, ya sea por actividad física intensa, climas cálidos o húmedos, pueden presentar estos síntomas. El uso de productos de higiene inadecuados o ropa ajustada y sintética también puede agravar la condición. Para evitar la dermatitis por sudor, se recomienda usar ropa ligera y de tejidos naturales como el algodón, mantener una limpieza adecuada de la piel y utilizar productos diseñados para pieles atópicas.
Es esencial ducharse con agua tibia, usar toallas de algodón suaves y mantener la piel hidratada. Evitar tejidos sintéticos y lana, y no abrigarse en exceso durante el invierno, también son medidas preventivas importantes. Para personas con pieles atópicas que practican deportes, es fundamental secar el sudor durante la actividad física y mantener una hidratación adecuada.
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